El presidente Gustavo Petro propone quitarle el timón a las EPS y dárselo al Estado con pagos directos a hospitales a través de alcaldías y gobernaciones. Conozca lo que hay de fondo.
Ilustración: Juan Ruiz @Jucaruiz
La plaza de Bolívar de Bogotá congregó a más de 15 mil personas el pasado 15 de febrero, para protestar en contra de la gestión del gobierno del presidente Gustavo Petro y las distintas reformas que prepara en salud, pensión y trabajo.
La marcha pacífica y multitudinaria de ciudadanos de a pie y diferentes sectores sociales y políticos se extendió con éxito también en las principales ciudades del país, pese al fallido intento del Presidente de llamar a sus seguidores a las calles el mismo día que inicialmente la oposición había planeado las manifestaciones (14 de febrero).
En su estrategia para minimizar el inconformismo ciudadano, Petro salió al balcón de la Casa de Nariño para socializar propuestas que no han sido garantizadas por el Congreso, pese a estar ya en poder de la Cámara de Representantes, como es el caso de la reforma a la salud. Esta última ha sido la que ha causado más debate en las últimas semanas en el país, por la propuesta de priorizar los Centros de Atención Primaria (CAP) y modificar la distribución de los recursos.
Mientras la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC) asegura que Colombia tiene uno de los mejores sistemas de salud de todo el continente americano, el Gobierno colombiano señala que el negocio de la salud es un monopolio al mando de las EPS. Petro propone darle el timón al Estado con pagos directos a hospitales a través de alcaldías y gobernaciones. ¿Qué hay de fondo con este cambio?
La salud en Colombia, puntos clave
Conozca los tres pilares de la reforma a la salud:
1. Cambio de las EPS y pago directo a hospitales
En Colombia, por tres décadas las Entidades Promotoras de Salud (EPS), han sido las encargadas de la afiliación, el registro y la atención de los colombianos al sistema de salud. Estas entidades son las que recaudan el dinero de las cotizaciones y su función es «organizar y garantizar la prestación del plan obligatorio de salud».
Actualmente, en Colombia hay 16 EPS que están en proceso de liquidación, según datos de la Superintendencia de Salud. El Gobierno Nacional asegura que muchas EPS “son insolventes y tienen déficit financiero”. Así las cosas, esta reforma busca una liquidación de las entidades prestadoras de salud, que dejan de atender al público al declararse en bancarrota por millonarias deudas (muchas adquiridas por casos de corrupción).
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«Tenemos un sistema en donde el Estado perdió el control de millonarios recursos públicos. Después de que esos recursos entran al fondo Adres, que es el gran recaudador, salen a un administrador particular y de ahí para adelante no sabemos», señaló la ministra de Salud, Carolina Corcho, en la Academia Nacional de Medicina de Colombia.
En ese sentido, el Gobierno busca que con la reforma sea el fondo de la Entidad Administradora de los Recursos del Sistema de Salud (Adres) el que pague directamente a las clínicas y a los hospitales. Y de ahí a enfermeras, médicos y todo el personal de salud.
2. Modelo de atención primaria en salud
¿Quién tendrá el poder en los Centros de Atención Primaria (CAP)?
Los administrarán las alcaldías o gobernaciones, y el gerente lo elegirá un Consejo Administrador del Fondo Regional de Salud, conformado por:
- 3 Representantes de empleadores
- 3 Trabajadores
- 2 Funcionarios del Gobierno Nacional
- 1 Representante de gobernadores y alcaldes
«Vamos a fortalecer el sistema de salud a partir de crear un sistema preventivo de la salud. Que la gente intente, con el sistema preventivo, evitar la enfermedad hasta donde sea posible», fueron las palabras del presidente Gustavo Petro en el balcón, cuando discutió sobre la reforma.
Este punto en específico buscaría una estrategia de salud más “diligente”. Para esta estrategia, se buscará formalizar a los trabajadores de la salud y darles un incentivo para que vayan a trabajar a zonas dispersas y rurales, según la ministra Corcho. Además, debe establecerse un perfil epidemiológico en cada departamento y municipio para establecer lo que se necesita para la atención primaria en cada lugar.
3. Dignificación laboral
De acuerdo con las declaraciones de la ministra Corcho, para que esto sea una realidad se hará un «proceso de concertación» con el Gobierno Nacional para establecer la escala salarial del contrato laboral de enfermeros y médicos, con el fin de que trabajen sin exclusividad. La prioridad para aplicar esto «será gradual» y «en el nivel primario»: los primeros beneficiarios serán los enfermeros y auxiliares de enfermería, que tienen los salarios más bajos en el sector.
El Ministerio de Salud tiene un año para definir cómo funcionará en detalle el nuevo sistema. El director de Adres, Félix Martínez, dijo que arrancarán por zonas del país en donde las condiciones de prestación del servicio son más precarias.
La discordia, de puertas adentro
Las críticas no se hicieron esperar. La falta de debate y socialización, además del desconocimiento del texto final de la iniciativa, alzaron los cuestionamientos. Aunque el texto final ya fue presentado y radicado ante el Congreso, la ministra dijo que la reforma no había sido pública antes debido a que se adelantaba la redacción final de las disposiciones y de temas de presupuesto para establecer la financiación.
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La forma en la que el Gobierno Nacional ha procedido ha sido tildada de falta de transparencia y ha generado hermetismo, incluso dentro del mismo gabinete de ministros. El medio digital Cambio acaba de publicar una exclusiva sobre un documento presentado por los ministros de Educación, Hacienda, Agricultura y el director de Planeación, con sus respectivos reparos a la reforma a la salud, pues al parecer la reforma de Petro no pasa el examen constitucional ni financiero.
Según el artículo de Cambio, hace unos días dentro del despacho de la jefa de gabinete del Presidente, los tres ministros y el director de Planeación se reunieron con la ministra de Salud y con Gustavo Petro. La reunión era para reclamar el por qué no se habían tenido en cuenta sus observaciones ya que, entre otras cosas, las cuentas no cuadran.
“De acuerdo con los estimados previos de Hacienda y Planeación, los costos de la reforma únicamente durante el Gobierno Petro serían de 90 billones de pesos, es decir, más de cuatro reformas tributarias como la aprobada el año pasado”, relatan desde la redacción de Cambio.
Las cifras del Presidente y de la ministra Corcho son completamente diferentes. Para ambos, el costo total de la reforma sería de nueve billones de pesos colombianos en 2024 y 9,36 billones en 2025. Para la atención primaria, los cuatro funcionarios calculan que se gastarán 20,5 billones de pesos colombianos en 2024, comparados con los 9,1 billones si no se hace reforma. El presidente y la ministra de Salud, por su parte, dicen que costará 1,9 billones en caso de aprobarse el proyecto.
El argumento de la ministra, apoyada por Petro, es que las cuentas de los cuatro funcionarios están mal porque no todo lo que necesita la reforma es dinero nuevo. Hay cosas que ya estaban presupuestadas, como la formalización laboral de los trabajadores de la salud, y las infraestructuras hospitalarias, que recibirían ayuda de privados, alcaldías y gobernaciones.
A puertas adentro tampoco se ponen de acuerdo con que lo que proponen desde el gobierno del “cambio” sea realmente un cambio favorable. Alejandro Gaviria ha dicho que el sistema de aseguramiento de la salud debía tener un carácter mixto, donde se garantizara la existencia de las EPS porque «el Estado era ineficiente por principio».
Al eliminar las EPS la atención en salud quedaría en manos de grandes hospitales que, dicen también desde la oposición, no tendrían la capacidad ni el dinero para tan robusto sistema. Además, preocupa que haya más burocracia política, o que el monopolio que asegura el Gobierno tienen las EPS solo cambie de dueño.
¿Mejor malo conocido… que bueno por conocer?
En la pandemia, la corrupción en la salud en Colombia se triplicó de acuerdo con la Fiscalía General de la Nación. Dicho aumento le ha hecho perder al sector 1,2 billones de pesos colombianos, además de las deudas de las EPS liquidadas por las que nadie parece responder, lo que permite que los manejos corruptos e irregulares dentro de estas entidades queden sin castigo.
Pese a las fallas en el sistema de salud, y en el marco de la polémica por la reforma de Petro, este mes se realizó una encuesta en donde la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), reveló que el 63% de los colombianos está en desacuerdo con que se eliminen las EPS y que su función sea ejecutada por una entidad pública únicamente.
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A las declaraciones de Alejandro Gaviria, que aseguró igualmente en un comunicado que los problemas en el sistema van más allá de la administración de las EPS, por lo que “eliminarlas no va a solucionar la insostenibilidad financiera, corrupción y desigualdades territoriales”, se suma el presidente del Senado, Roy Barreras.
«Eso hay que mejorarlo, corregirlo. Pero no se hace eso destruyendo un sistema de información, de calidad, de administración de riesgos que tiene 30 años». Aunque Barreras fue uno de los aliados de Petro en campaña, no está de acuerdo en acabar con las EPS. El senador dice que si bien hay abusos por parte de las EPS, hay otros servicios que estas prestan que no pueden acabarse.
La intención de Gustavo Petro de estatizar por completo la salud en el país genera incertidumbre porque eliminar el aseguramiento que controlan las EPS y dárselo a gobernaciones y alcaldías, pone uno de los derechos fundamentales de los colombianos en manos de entidades iguales o peores de corruptas. Solo en 2020 diez alcaldes fueron capturados por corrupción durante la emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus, al tiempo que la Procuraduría avanzaba con 512 procesos disciplinarios que involucraron a 26 gobernaciones y 217 alcaldías.
“Las EPS hoy tienen diez veces más centros de atención primaria que los propuestos en la reforma. La coordinación, el control y la gestión tanto farmaceútica como de cuidados también quedarían a la deriva. Por ejemplo, el control de pacientes con enfermedades crónicas, ¿Quién va a liquidar y auditar las prestaciones económicas o las licencias de maternidad? Sin controles el fraude podría ser enorme«, advirtió Alejandro Gaviria, que en medio de la redacción de este artículo fue removido de su cargo como ministro de Educación por el Presidente Gustavo Petro.
Colombia, uno de los países con mejor sistema de salud
Un estudio llamado «Rasgos distintivos de los sistemas de salud en el mundo 2022» y realizado por la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC) en 2022, analizó cómo están los sistemas de 94 países del mundo. De acuerdo con la ACHC, Colombia punteó como uno de los mejores sistemas de salud en todo el continente americano.
El estudio resalta que Colombia está 9,8 puntos por encima del promedio general, que fue de 71,7. Frente a los países de las Américas, el país solo es superado por Canadá con 92,3 puntos; Costa Rica, 90; Chile, 87,5; Panamá, 85 y Cuba que obtuvo 83,6 puntos.
«Colombia se ubicó en el clúster 7, con un índice de 81,5 puntos, el cual está por encima del promedio global, ocupando la posición 39 dentro de los 94 países evaluados», se lee en el informe.
También se indicó que los países con mejor desempeño se caracterizan por tener una mayor destinación de recursos financieros para salud, invirtiendo entre 8,5 y 11 puntos de su Producto Interno Bruto (PIB). Además, cuentan con mejor infraestructura (4,64 camas por cada 1.000 habitantes) y tienen más recursos humanos (34,75 médicos por cada 10.000 habitantes en promedio y 118,02 enfermeras y parteras por cada 10.000 habitantes en promedio).
De acuerdo con este estudio, el sistema de salud colombiano tiene como base el modelo Bismarckiano de seguridad social, en el que el Estado desempeña el papel de regulador y guardián, su tipo de financiación es mixta, lo que quiere decir que los recursos provienen de impuestos generales así como de contribuciones de los trabajadores y las empresas.
«Desde 1993 (año en el que se promulgo la ley por la que actualmente se rige el sistema) el país ha hecho un esfuerzo importante con el fin de lograr una cobertura en aseguramiento universal y sin importar el nivel de ingreso monetario de las personas, alcanzando una cobertura oficial de 99,35%. Sin embargo, este indicador no refleja una cobertura efectiva y real para toda la población» señalan desde la ACHC.
Para nadie es un secreto que como cualquier otro tipo de sistema de salud en el mundo, siempre hay trabajo por hacer en esta área si se quiere lograr una mayor y mejor cobertura para todos los ciudadanos. Desechar un sistema que se ha venido construyendo por décadas entre diferentes tipos de gobiernos y que funciona en medio de sus desperfectos, en lugar de tratar de mejorar las deficiencias existentes, puede generar una grieta mayor y poner a la deriva la salubridad de todo un país.
La oposición señala que el Gobierno de Petro tiene las mismas o peores prácticas a las que ellos tanto criticaron, con la diferencia de que quieren «arrasar con todo». La salud es un negocio y siempre hay corruptos esperando la tajada del pastel, como sea que se proponga el tipo de sistema.
La realidad es que a la fecha menos de la mitad de Colombia ve con buenos ojos el rumbo que el Presidente de la Colombia Humana esta trazando en el país, y la desconfianza y la polarización están al alza. Mientras tanto, el gobierno del «cambio, el diálogo y la inclusión», presenta reformas de afán y despide a quienes se oponen a sus propuestas.