En el tercer episodio de Desencaje Podcast entrevistamos a la Fundación Nazer Colombia para hablar sobre el aborto y abuso sexual infantil.
Ilustración: Juan Ruiz @Jucaruiz
Hace dos semanas, salió a la luz el caso de una niña de 14 años en Medellín (Colombia), que fue explotada sexualmente desde que tenía ocho. A los diez años fue obligada a abortar por su madre y su padrastro, hoy detenidos por abuso sexual infantil. Este caso se conoce después de que el Ministerio de Salud colombiano expidiera, el pasado 12 de enero de 2023, la resolución que regula la despenalización del aborto hasta los seis meses de embarazo, decisión que tomó la Corte Constitucional en 2022 (sentencia C-055).
Dentro de dicha resolución, el Gobierno Nacional también le da luz verde al aborto en menores de 14 años, sin la necesidad de acceder al procedimiento con el consentimiento de sus padres o tutores legales. Cabe recordar que la decisión de la Corte Constitucional fue impulsada por una demanda que realizó la organización feminista Causa Justa (financiadas por Open Society de George Soros), en función de los votos de los magistrados Alberto Rojas, Diana Fajardo y José Fernando Reyes y del conjuez Julio Andrés Ossa, quien fue elegido para desempatar la votación en la Corte.
¿Cuál es la letra chica de esta resolución? ¿Podría existir una relación entre la supuesta autonomía que proclama el Ministerio de Salud con respecto al aborto en menores de 14 años, y la perpetuación de la violencia contra mujeres y niñas en Colombia?
En el tercer episodio de Desencaje Podcast quisimos abordar este tema de la mano de Carol Stefany Borda Acevedo, representante legal y directora de la Fundación Nazer Colombia. Borda es politóloga de la Universidad Nacional de Colombia (UN) y actualmente escribe para El Bastión, un medio de comunicación que busca difundir las ideas de la libertad. Lleva alrededor de cuatro años en el activismo a favor de la vida.
Carol también asegura que ella es una prueba viva de que el aborto nunca es la solución y que el sistema abortista, lejos de ayudar a la mujer, termina agudizando aún más los problemas físicos, emocionales y mentales consecuencia de un embarazo no deseado. «Si fuese por el feminismo yo estaría muerta», dijo. Según Borda, su madre fue mamá adolescente en una situación completamente precaria. «Su embarazo fue a punta de chocolate y pan y, aunque a mi mamá le ofrecieron el aborto, ella finalmente tomó la decisión de darme la vida».
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En términos generales, ¿cómo va el tema del aborto en Colombia?
Carol Borda: En Colombia tenemos un aborto despenalizado desde el 2006. Hay una confusión jurídica al respecto, incluso las instituciones que prestan el aborto lo difunden de una manera deshonesta. Es decir, el aborto es legal en Colombia y en realidad el aborto está despenalizado, aún después de la decisión que tomó la Corte.
Actualmente hay cinco causales que se reúnen en tres: malformación del bebé en el vientre; que sea inviable con la vida (muchas personas suelen pensar que bebé con síndrome de Down puede ser abortado y no es así), porque esta causal se refiere al tipo de malformación que realmente no le permite sobrevivir al bebé ni dentro ni fuera del vientre.
Tenemos también causal salud de la madre –en el 2018 se amplió ese término de salud y se incluyó la salud mental– e incluso salud social y económica. Se ve la salud desde una forma más integral. Sin embargo, esto ha generado un vacío jurídico que ha permitido que muchos abortos se puedan permitir bajo la causa de salud mental.
Y está el tema del incesto o inseminación artificial no consentida. Personalmente no conozco un caso así, pero estos dos podrían entrar en la causal violación o abuso sexual, que también está despenalizada desde 2006. En el 2018 se reúne toda esa jurisprudencia y deciden finalmente ampliar. Y aunque no hubo una restricción en tiempo, en el 2018 fue mucho más claro que se podía abortar hasta los nueve meses de gestación.
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Entonces, toda esta discusión se siguió dando, las organizaciones feministas seguían presionando para que se despenalizara completamente el aborto, que fue el resultado de lo que sucedió el año pasado en febrero. Se despenalizó el aborto completamente sin causal hasta los seis meses de gestación, o sea 24 semanas, con un bebé completamente formado y con capacidad de sentir. Y se mantiene hasta los nueve meses en las tres causales.
Eso es un poquito la situación que tenemos. Las cifras han venido en aumento desde que se despenalizó, por supuesto. Y sabemos por boca de las mismas organizaciones como Causa Justa, que van por una despenalización total hasta los nueve meses de gestación, que ahí sí vendría a ser una legalización completa del aborto en Colombia.
¿Qué implicaciones tiene para las menores de edad y su entorno familiar esta resolución?
(C.B.): La discusión es bastante compleja y definitivamente es un riesgo. De hecho, la resolución tiene otros peligros también que están de pronto un poquito escondidos. Pero refiriéndonos exactamente respecto al tema de las menores de 14 años, puede ser un riesgo en el sentido de que se presume que fue abuso sexual. Según la ley colombiana, una menor de 14 años, si tiene que realizarse un aborto, se presume que fue abusada sexualmente. Así haya sido una relación consentida, se entiende que por su vulnerabilidad, por su nivel de madurez, pudo haber sido de alguna manera coaccionada.
A mí me genera mucha curiosidad y mucho ruido el hecho de que, a través de toda esta propaganda a favor del aborto y demás, se promueva mucho que los padres son los primeros enemigos de los hijos y no quieren su bienestar, sino que por el contrario, de alguna manera van a realizar alguna acción que termine por perjudicarlos. Nos podemos dar cuenta que en su gran mayoría no es así. Ahora, por supuesto, hay casos que son completamente conocidos por Colombia en los que incluso son los mismos padres quienes obligan a sus hijas a abortar.
Y eso es un caso que me gustaría mencionar. La resolución del Ministerio de Salud (0459 del 2012) que al igual que la que acaban de sacar, trata la causal de violación en el aborto. Y esa causal dice que debe ser debidamente denunciada. Pero también dice que para los mayores de 14 años no es necesaria la denuncia y para los menores de 14 años se presume, por supuesto, que fue violación.
El problema es que no hay ningún seguimiento al respecto. Es decir, se practica el aborto, pero se está dejando completamente abandonada a la niña que se practica el aborto o a la mujer violada. ¿Por qué? Porque si no es necesario presentar una denuncia, que es un método básico en la institucionalidad para perseguir al violador o cualquier delincuente que cometa cualquier delito, pues sencillamente se puede abandonar a la mujer que fue víctima del abuso para que vuelva nuevamente con el violador.
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¿A qué me refiero? Por lo general, los casos de abuso se dan en el entorno más cercano. Cuando esto pasa y no se le hace un un seguimiento, sencillamente la mujer va, se practica un aborto y vuelve a la casa con el violador o perfectamente puede ser coaccionada por el mismo abusador a practicarse el aborto y seguir perpetuando ese círculo de violencia.
Además de eso, yo considero que los padres están en todo su derecho de poder decidir respecto al futuro del bienestar de sus hijos. Dejar a un lado esa presunción de maldad de todos los padres y de mala fe y más bien tener esa presunción de que ellos, por el contrario, quieren el bienestar y poderles acompañar en el proceso que puedan estar necesitando.
¿Podría existir una relación entre la supuesta autonomía que proclama el Ministerio de Salud con respecto al aborto en menores de edad de 14 años y la perpetuación de la violencia contra mujeres y niñas en Colombia?
(C.B.):Totalmente. Y cuando me preguntas eso, se me viene a la mente el caso que salió a la luz de una niña en Medellín que fue amarrada a su cama y abusada hasta tres veces al día. Una situación permitida por su madre, en muchos casos por su padrastro y su padrastro también era el que abusaba sexualmente de ella desde los ocho años de edad hasta los 14, que fue rescatada por la institucionalidad. Y a sus diez años quedó embarazada y fue obligada a abortar.
Es evidente que esto permitió que se siguiera perpetuando dicha situación de violencia. Para mí, el aborto es funcional al flagelo de la violación. ¿Por qué? Porque además no se tienen controles. Y eso voy con esos otros peligros que tiene la resolución. El Ministerio de Salud da una vía libre al aborto y desconoce que el aborto puede seguir siendo una forma de perpetuar no solamente la violación sino, por ejemplo, la falta de oportunidades económicas.
Una razón que suelen decir muchos es que cómo van a traer niños al mundo si no tienen ni qué cómo alimentarlos o que hay tantas personas en la pobreza. El aborto no regula la inflación, no genera empleo, no genera industria, no aumenta el PIB. El aborto no tiene una relación causal respecto a la reducción o al aumento de la pobreza. Entonces, nuevamente, una mujer va y aborta y vuelve a su misma situación y finalmente no soluciona nada.
Está comprobado que si el Estado tuviera la disciplina de estudiar el por qué las mujeres están abortando, en vez de promoverlo, se darían cuenta de que muchas de las causas por las cuales una mujer aborta son completamente prevenibles. Por el contrario, nos estamos dando cuenta que el Estado le está entregando a la mujer todo aquello que la está vulnerando. Nosotros en Nazer decimos que el aborto es el resultado de un Estado que falla, un Estado que no tiene la capacidad de garantizar los derechos básicos de la mujer y, por el contrario, le genera un falso engaño de que es una medida paliativa que le puede ayudar a solucionar su situación de violencia y en realidad lo que hace es, de alguna manera, perpetuarla.
¿Cuál sería una solución real a esta problemática?
(C.B.): Antes de responder a la pregunta, quisiera también poner sobre la mesa la discusión de una mujer que fue abusada sexualmente y no está siendo de alguna manera coaccionada para abortar. Ella libremente decide abortar. Veamos también si es algo que a ella le beneficie, si realmente le ayuda a solucionar su problema directamente.
Y la verdad es que no, ¿por qué? De por sí, el abuso sexual ya representa un trauma. Y está comprobado científicamente que existe algo que se llama estrés postraumático. Muchas personas les dicen «estrés post aborto», pero digamos que el término no es muy preciso. Aunque podría ser válido, no es muy preciso porque el estrés postraumático se puede generar por muchas razones, entre ellas el aborto. Entonces, de por sí, físicamente el aborto tiene unas consecuencias fuertes, como es el cáncer de mama.
No tiene sentido, ni como feministas o no feministas, en octubre vestirnos de rosado en contra del cáncer de mama y hacer toda una lucha en contra del cáncer de seno, pero también promover el pañuelo verde del aborto. Interrumpir ese proceso natural del embarazo puede aumentar la probabilidad de padecer cáncer de seno y por el contrario, la lactancia lo reduce.
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Todos esos cambios físicos que se quitan de tajo pueden también generar depresión, ansiedad, intentos de suicidio no solamente después de practicarse el aborto, sino incluso hay muchas mujeres que lo viven durante el embarazo y, en vez de ofrecerles ayuda en atención de salud mental, lo que se les hace es promoverles el aborto, que podría tener un efecto peor. Sería curar un trauma con otro trauma.
Y no estamos hablando tampoco de el mensaje tan discriminatorio que hay detrás de decirle a esos seres humanos que fueron producto de una violación que no debieron nacer por un delito que no cometieron. Además, les estamos diciendo a las personas que fueron producto de una violación y que nacieron, que su vida vale menos por algo que ellos no hicieron. Entonces también hay una discusión de fondo.
No es fácil, pero definitivamente la solución a todo este debate termina siendo casi que un deber que tenemos con la mujer y con el ser humano en general. Y es impulsar un trabajo integral y no solamente desde el Estado, sino desde la sociedad civil. La salud sexual se ha desviado tanto que hace que el otro sencillamente sea un objeto para el placer propio. De pronto hablar de responsabilidad afectiva, de responsabilidad con el otro. Por ejemplo, me parece completamente válido que en educación sexual se enseñe la abstinencia o la castidad como otra forma de vivir la sexualidad.
…Por supuesto, todo eso hay que evaluarlo, pero definitivamente no debemos hacer a la mujer dependiente de una ayuda, sino por el contrario, darle una base para que ella pueda salir adelante. Y fundamental a nivel cultural, promover la maternidad. No es posible que el feminismo sea tan victimista en el sentido de que las mujeres podamos hacer todo menos ser madres.